Las Flores de Bach fueron diseñadas para hacerlo muy sencillo, y que uno mismo se pudiera reconocer a sí mismo, y autotratarse. Según el Dr. Edward Bach, toda enfermedad lleva implicita un problema emocional, y conlleva un aprendizaje. El cuerpo es un espejo, que nos muestra lo que nos sucede.
Estos remedios florales no trabajan directamente sobre el cuerpo físico, sino directamente sobre el emocional. No son medicamentos con sustancias químicas (a nivel químico sólo tienen agua y coñac), sino que se trata de una autentica medicina vibracional que actúa sobre la energía de la persona.
Edward Bach (1886-1936) demostró que las flores poseen una extraordinaria concentración de energía vibratoria que puede ser utilizada para curar los estados emocionales negativos, estados que pueden considerarse las causas profundas de las enfermedades.
Las Flores de Bach nos ayudan a restablecer el equilibrio psicológico y armonizar la personalidad, y con ello, a mejorar desde dentro también nuestro organismo.
Desde 1976 la OMS reconoce las Flores de Bach por su uso terapéutico, como método natural de salud, inocuo y preventivo, dentro del apartado de terapias.
